En 2000, Copefrut estaba sexta en el ranking del sector y hoy alcanza la tercera posición
De cooperativa a exitosa S.A.: la exportadora de Curicó que dejó atrás a las multinacionales
Sandra Novoa Fernández
Introdujo el kiwi a Chile, fue pionera en el mercado de India y su buen clima laboral podría ser caso de estudio en Harvard.
SANDRA NOVOA FERNÁNDEZ
La exportadora frutícola Copefrut no sólo se ha convertido en un caso digno de ser propuesto por la Universidad Católica para su estudio en Harvard por las buenas condiciones laborales. Esta exportadora de Curicó -que nació en 1955 como una cooperativa de productores- ha sorteado los vaivenes de esta industria al son del tipo de cambio, y desde 2000 a la fecha escaló del sexto al tercer lugar en el ranking sectorial (con 114.652 toneladas en septiembre 2006-agosto 2007, según la Asociación de Exportadores).
Pero sus cuatro directores ejecutivos -José Luis Soler, Andrés Fuenzalida, Prudencio Lozano y Pedro Pablo Mourá- enfatizan que no están tras el primer lugar. Su meta es ser rentables y reconocidos por la calidad.
En 1992 la empresa se transformó de cooperativa a sociedad anónima y dejó de llamarse Coopefrut para convertirse en Copefrut S.A. Una de sus fortalezas a la hora de enfrentar los ciclos complicados es que ha crecido de la mano de 350 productores desde la Región Metropolitana hasta la VIII, de los cuales 85 conforman su base de accionistas. Los mayoritarios son Frutícola José Soler (31,38%) y Agrícola Juan Moura Jaime (11,73%).En la última década ha crecido a tasas de entre 8% y 10% anual, lo que es una necesidad en un negocio de volumen.
Qué hay tras las utilidades
En el primer semestre las utilidades subieron 111,5% respecto a igual lapso del ejercicio anterior, a US$ 4,7 millones. Pero explican que la alta cifra responde a que la exportación de cerezas creció fuerte a partir del cuarto trimestre del 2006, pero los retornos llegaron este primer trimestre. Además, el año pasado hubo un cambio de criterio de los auditores externos en relación a cómo debían contabilizar las frutas enviadas en consignación a los recibidores y eso implicó que en este ejercicio el resultado fuera mayor. "Ahora contabilizamos el precio cuando llega la liquidación", explica Fuenzalida. Usualmente las utilidades anuales se mueven entre US$ 2 millones y US$ 3 millones.
Respecto del bajo dólar, Soler afirma: "A la fuerza hemos aprendido a trabajar con una divisa a poco más de $ 500 y una jornada que pasó de US$ 7 a US$ 20. Estamos viendo en qué reducir los costos. No hemos tenido la suerte de los otros commodities, que han capeado el bajo tipo de cambio con precios históricos".
Hasta hace 5 años mientras las exportadoras grandes ofrecían mínimos garantizados a sus proveedores, ellos recibían la fruta en libre consignación. Eso les significaba menos complicaciones financieras, pero más responsabilidad respecto de los resultados, por la confianza depositada.
Hoy existe un contrato de compraventa en que el precio se compone de un mínimo garantizado y un monto sujeto al resultado, deducidos los costos del proceso. El 40% de la fruta que comercializa es de accionistas y 60% de terceros.
No han tomado productores ni terrenos desarrendados por otras exportadoras. La fruta de producción propia -unas 500 hectáreas de manzanas y kiwi-, que representa 5% de lo que mueve, proviene de los terrenos que posee Copefrut Agrícola. Otra filial es la agencia de Estiba y Desestiba. La única salida del giro es un proyecto forestal en Uruguay: apuntó a aprovechar que los precios de la tierra, plantar eucaliptus y producir chips. La inversión bordea los US$ 5 millones.
Cómo andan los mercados
La empresa se enorgullece de haber introducido el kiwi al país y haber sido pionera en el mercado de India.
Su principal destino es Europa, pero Asia está creciendo fuerte: en China llevan más de 10 años y también llegan a Taiwán, Singapur y Malasia.
Las manzanas, su fruta histórica, viven un buen período. Producen cerca de 4 millones de cajas, y en volumen representa cerca del 40% de su total, lo que los deja como los segundos productores del país.
En cerezas son líderes. El gran crecimiento se produjo cuando se pasó del transporte en avión a barco, porque el costo del flete bajó fuerte. "Este paso se pudo dar porque la duración poscosecha, gracias a la tecnología desarrollada por nuestro equipo técnico, se alargó de 15 días a más de 60, lo que permite llegar a todos los mercados por esta vía", detallan.
Están produciendo los primeros arándanos, cultivo que ha prendido en la zona porque los retornos son interesantes.
En uva tienen una baja presencia -unas 100.000 cajas-, y aunque estuvieron pensando en aumentar la producción, se felicitan de no haber concretado la idea porque los costos han subido mucho y los precios no son muy atractivos.
Al mercado interno destinan entre el 20% y 25% de la fruta, que es la que no califica para los estándares externos. Una parte va a consumo fresco, pero cada vez en mayor proporción se usa en la agroindustria: Copefrut cuenta con una planta de jugos concentrados que vende con la marca Zana a mayoristas. También produce cerezas congeladas y sulfitadas.
Sobre las relaciones con los trabajadores, Soler afirma que aunque han trabajado para instalar una cultura de colaboración -el año pasado se ganaron el Premio Vial Espantoso por el buen clima laboral-, hoy nadie puede descartar movimientos. Tiene 380 trabajadores y en el peak suma 2.000 temporeros.
Sylvia Weiss ha dicho a esta empresa le vendemos todos los años sus regalos corporativos, los regalos de empresa. Es una empresa espectacular para trabajar con ellos, son como de la familia. Tienen un trato cordialísimo y bueno, también exigen calidad .Son uno de nuestros clientes más antiguos.Felicitaciones y que sigan creciendo, se lo merecen.
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